miércoles, 1 de abril de 2009

el juego del destino

Esa noche Anima, como todas desde su nacimiento se preparaba para una nueva batalla.
Vivía en el piso mas alto de un edificio de unas 12 plantas a las afueras de la gran ciudad de Madrid, “la verdad” pensó cuando compro el piso “que debería buscarme un hogar mas cercano a mi lugar de trabajo, pero desde el centro de Madrid no se pueden ver las estrellas”, así que visito un barrio cercano, muy tranquilo y descubrió este piso, pequeño, alto y acogedor, desde donde se disfrutaba de unas magnificas vistas. Esa noche se vistió como siempre con ropa oscura y discreta para no llamar la atención de los seres humanos que Vivian a su alrededor, se recogió el pelo en una trenza al estilo de su gente y se dispuso a cazar Demonios como hacia todas las noches.
Sí, Demonios, habéis leído bien, Anima no era una persona normal, ni siquiera era una persona, Anima era un ángel, un ángel antiguo, de carne y hueso, que participó en la guerra contra los demonios hace miles de años y aun lo sigue haciendo. Anima era una de los guardianes de la puerta del infierno situada en Madrid. Sí en Madrid hay una puerta de entrada y salida al infierno, eso es justo lo que he dicho, además, está en uno de los parques mas grandes y famosos de esta ciudad, y mucha gente que no tiene nada que ver ni con el infierno, ni con los demonios pasa junto a el continuamente, pero no os preocupéis, pues no sufrís peligro alguno, esa puerta esta marcada, con una estatua que tiene que ver mucho con lo que guarda, pues sin duda la estatua de “El Ángel Caído” en el retiro es una de las mas mágicas de Madrid, a 666 cm del suelo y a 666 m sobre el nivel del mar, en la única estatua dedicada al demonio de todo el mundo, no es de extrañar, que marque una de las más famosas puertas hacia el infierno y Anima era el ángel que la vigilaba cada noche desde antaño; cuando llego al retiro, observo la estatua como siempre. Se sentó en la misma rama del mismo árbol de siempre, a esperar una noche mas la salida de algún mal de de aquella puerta, pero lo que no sabía es que esa noche del 24 de Junio su vida cambiaría completamente.
Presencio una aparición de un ser mágico, tenia forma de ser humano pero había salido de la puerta del infierno, por lo tanto le convertía en un demonio. Ánima no sabia que hacer, su misión era velar por que ningún demonio entrara en el mundo humano pero la imagen de aquel demonio era tan bella que no se asemejaba a ningún otro demonio que había cazado.
Miles de sentimientos nuevos brotaban del interior de Ánima, que sin poder evitarlo veía como aquel joven demonio se alejaba poco a poco, hasta que esfumado en un golpe de bruma desapareció de la vista de Ánima.
La cazadora no podía dejar de mirar el lugar donde había visto por ultima vez al demonio.
-¿Por qué? ¿Porque no he sido capad de terminar con el?-No dejaba de preguntarse Ánima en la soledad de la noche. -He de encontrarlo.
Cayendo al suelo con ligereza y gracia, corrió a buscar al demonio en el medio de la oscuridad que reinaba en aquella noche.
No podía ser…un demonio capaz de tener forma humana tenia que ser un demonio muy poderoso, y estos demonios no solían salir a la superficie a no ser que tuvieran que hacer algo muy importante…normalmente de la estatua solo salían sombras oscuras que buscaban hacer la vida imposible a alguna persona
Anima siguió hábilmente el rastro del demonio hasta un parque cercano aun dentro de El Retiro y le encontró distraído entre unos arboles y se acerco sigilosamente. Un demonio con forma humana tenia que ser muy poderoso, tendría que tener cuidado aunque también era una presa muy importante, si cazaba a un demonio realmente poderoso podía ganarse el respeto en el ejercito y la darían por fin un rango importante y la sacarían de ese aburrido lugar. Por fin le tuvo a su alcance, abrió su mano en la que apareció un rayo de luz con forma de espada y con entusiasmo, e intentando hacer caso omiso a su belleza salto del árbol para acabar con el demonio definitivamente.

El demonio se esfumo ante Ánima que clavo la espada en el suelo. Una voz profunda, hablo detrás de ella.
-¿No te han bastado todos los demonios que has matado ya? Los ángeles habláis del perdón, de la compasión y del bien ¿Y predicáis con este ejemplo?-dijo el demonio despacio, sin perder de vista a la cazadora.
Se levanto despacio hasta incorporarse y miro fijamente a los ojos al demonio que brillaban con una hipnotizante luz roja, brillante cual zafiro.
-Vosotros los demonios no debéis subir al mundo humano, solo subís para hacer el mal y castigar las almas atormentadas que aquí habitan.
-Si huimos del inframundo, ¿no as pensado nunca el porque? No todos somos malvados por muy grande que sea nuestro poder. Algunos lo único que queremos es vivir libres, dada nuestra capacidad de forma humana queremos relacionarnos sin ningún plan malévolo.
-¿Hablas de convivir humanos y demonios? –Ánima no podía creer lo que escuchaba.
-¿Solo? Hablo de convivir ángeles y demonios, de vivir juntos todos, aquí en la superficie también viven personas que matan y hacen daño a los demás, ellas son cazadas por su misma gente. Hablo de fundar una nueva era, en la que ángeles y demonios dejan sus diferencias para vivir en paz.
Ánima se sentía muy confusa, en parte por lo que había contado aquel demonio y también por los sentimientos que le producía aquel ser, que horas antes, habría acabado muerto a sus manos.
En el frío de la noche aquellas dos personas se miraban desconfiantes, decidiendo que hacer; el demonio debería buscar una mujer con la que desposarse antes del amanecer y la cazadora debería destruir aquel demonio para que el equilibrio volviera a su cauce.
Al final el demonio cansado dio la espalda a Ánima.
-Tengo muchas cosas que hacer para perderlo aquí.
-¿Puedo preguntar a que has venido?-dijo intrigada.
El demonio sonrío levemente a espaldas de la muchacha.
-Puedes y debes…He venido a concebir un hijo antes de mañana.-dijo el demonio.
-Eso es imposible, va contra la naturaleza que un humano y un demonio tengan un hijo.
-Esta noche ocurrirá algo que no volverá a pasar en millones de años. Tanto los dioses como los demonios perderán la visión de la tierra durante horas, es el tiempo necesario para engendrar un hijo, y quedarme en la tierra. Además, ¿quien ha dicho que sea necesariamente un humano?
- Lo que dices es imposible, un ángel y un demonio ¿Dónde se ha visto eso? Esta completamente prohibido
- ¿Y eso quien lo dice? No hay veces que piensas en lo bellos que son los demonios, sabes, a nosotros también nos parecéis muy hermosos los ángeles pero nuestras leyes nos obligan a mataros, no te gustaría un lugar sin ninguna de estas reglas
-Pues claro, ya estoy harta de esta guerra
-Entonces que me dices ¿vendrías conmigo a crear un mundo de paz? -Dijo el demonio mientras la tiende la mano
En ese momento aparecen tres ángeles que se interponen entre ellos, con la espada en alto dispuestos a acabar con el demonio, Anima se interpone entre ellos y el demonio
-¡Huye! Yo los detendré, por lo menos se lo pensaran dos veces antes de matarme, eso me dará ventaja.

El demonio dudo un momento que hacer antes de salir corriendo y desaparecer.
Anima se quedo a solas con los tres adversarios, que miraban extrañados a su nueva rival.
-Eres uno de los nuestros Anima, que estas haciendo.-dijo uno de ellos.
-No dejare que paséis, tendréis que pasar por encima de mi.-dijo Anima en pleno acto de valentía.
-Si así lo quieres, pagaras por tu traición.
Dicho esto los tres se abalanzaron contra la cazadora.
Una bola luminosa de un color morado negruzco voló por los aires asta impactar en el cuerpo de uno de ellos.
Un demonio cayó al suelo elegantemente.
-No pensarías que te dejaría así.
Los otros dos ángeles se pararon en seco y desaparecieron ahuyentados por el miedo a acabar como su compañero.
-¿Por qué as vuelto? Podían haberte matado.-dijo Anima, acercándose al demonio.
Dándose la vuelta, dejo ver el rostro que había adoptado, dejando a Ánima un escalofrío en el cuerpo.
-Pero no lo han hecho.
-¿Sabes cual es el castigo por matar a un ángel?-dijo Anima bajando la cabeza.
El demonio volvió a su forma original, tal y como había salido de la estatua.
-Prefiero morir mil veces a estar otros mil años sin poder verte, pues no volver a verte seria morir un poco más cada día.
Anima al escuchar eso abrazo al demonio que respondió al abrazo con otro igual.
-Ahora ya no podre volver al cielo con los míos supongo que soy una proscrita a la que perseguirán siempre
- Yo, estoy aquí porque mi deber era matarte, llevo meses espiándote, me mandaron para acabar contigo y tener una puerta libre, pero eres tan hermosa que no era capaz de hacerlo asique he venido a hablarte por fin, se que será duro pero si quieres las puertas del infierno siempre están abiertas para un ángel proscrito, sobre todo si se ha enamorado de un demonio poderoso
-¿Me estas sugiriendo que me convierta en un demonio? ¿Qué viva contigo en el infierno?
-Si, ¿Por qué no? Allí no hay el tipo de reglas que hay en el cielo, cada uno es relativamente libre de hacer lo que quiera sin molestar a los demás, si un nuevo ángel como tu quiere entrar es bienvenido, acogemos a los que el cielo expulsa, siempre lo hemos hecho, no somos malvados, solamente pensamos diferente, por eso nos echaron de allí y no nos dejan volver, porque allí no hay libertad, si no me crees fíjate en lo que ha pasado esta noche, por defenderme han estado a punto de matarte tus propios compañeros. – dijo mientras señalaba al ángel muerto, y a continuación le tendió la mano a Anima
- ¿Qué me dices? ¿Te atreves a empezar una nueva vida completamente libre con mis hermanos y conmigo?
Anima miró la mano y al ángel, segundos después agarró a TheMentor de la mano, su aura cambió ese instante y la luz con la que antes brillaba cambió a una oscuridad también muy agradable y juntos se encaminaron hacia la puerta del infierno, hacia la estatua de donde nació su nueva libertad y esperanza.